domingo, 25 de septiembre de 2011

Odisea a mar abierto

Pequeña criatura de luz, perdida en el vasto y frío océano... no mires atrás.
¿A dónde vas? Al espacio vacío, al desprotegido y desnutrido mundo de posibilidades impredecibles y remotas...
¿De donde vienes? Nacido bajo el seno de una roca enriquecida, soñaba con nadar en el azul...
Peces que vienen, peces que van... no mires atrás.
Siento frío... no tengo cobijo...
No mires atrás.
¿Qué buscas? No lo sé, quizás descubrir algo nuevo, que desde mi antiguo hospedador no pudiere alcanzar...
Nadando a toda vela hacia la nada, dejando atrás lo que un día fue mi hogar, los brazos cristalinos y el crisol latiendo...
No mires atrás.
Nostalgia y soledad, compañeras en el viaje ¿el viaje hacia donde? Hacia lo bueno por conocer. De maravillas hablan las leyendas y las voces de un pasado olvidado, de quiméricas simbiosis que inducen a la metamorfosis y por las que vale la pena vivir, luchar, sentir, amar, arriesgarse, equivocarse... y sólo existen en el abierto, lejano, profundo y desconocido...
¿Bajo qué rúbrica tiene sentido tal odisea? ¿Estaré preparado para el viaje?
Pronto perderé de vista mi pretérito lecho, pronto vagaré en la incertidumbre total, alegoría a la libertad...
No mires atrás.